Mi yo pedagógico.



Llegando a la escuela...



* Un compromiso diario con la historia, con la vida y con el universo.



Que al levantarte a trabajar se vaya al colegio contigo la ternura y la sesibilidad,


que contigo llegue al aula el espíritu loco e indagador de Alberto Magno, de José Celestino Mutis, de Pasteur...



Que contigo llegue al salón la conciencia estética de Leonardo, de Dalí, de Van Gohg...


Que sin duda llegues a diario con la magia del sabio de la tribu, con la fe del Chamán... con la credulidad de un niño.



Ojalá llegues al encuentro con los niños y los jovenes desarmado y en paz, sin odio ni resentimientos, ojalá te sientas bien contigo mismo.



* Un compromiso con la cultura, la comunidad y la creación.



Que al caminar en la mañana hacia el colegio lleves en tu maleta la conciencia despierta y alerta, ante las injusticias sociales, ante las mentiras del consumismo, ante los espejismos de la información de masas.



Debes llegar a trabajar con una alta dosis de asombro, con muchas ganas de escribir, con un hábito inmortal: el de leer, leer, leer...



Debes llegar convencido de tu ser Maestro que en el don de la palabra puedas encontrar los detonantes para incendiar, incitar, estimular las jovenes mentes, impulsando acciones liberadoras.



* Un compromiso diario con tu intelecto, tu espiritualidad y tu responsabilidad.


¡Eres maestro y tienes mucho qué soñar!


Es el momento de seguir creando una nueva Escuela.


¿Asumes el reto?



Makamoro












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