FRACASO ESCOLAR
BUSCANDO RAZONES PARA HABLAR MAL DEL FRACASO ESCOLAR
Por: Manuel Camilo Morales Rojas.
Circulan en el mundo de la información “viral” varias noticias sobre niños o adolescentes que se suicidan por culpa de su rendimiento escolar, también se sigue diciendo en los altavoces de la ignorancia globalizada que la escuela ya no educa sino que la familia es quien debe enviar a la institución satélite unos niños bien formados, casi perfectos y que el papel de los docentes se limita a enseñar “la cultura” y transmitir tal cual lo que existe en el mercado del conocimiento popular.
Los
docentes ocupados preparando niños para pruebas políticas se hacen los de la
“vista angosta” y prefieren no meterse en camisa filosófica y se dedican a leer silenciosamente los derechos básicos de aprendizaje y otras
formulitas para salir pronto del lío de educar. Hay que adiestrar.
¿A
qué van los niños a la escuela? ¿Qué hace la escuela por los niños? ¿El papel
real de un docente cuál es? Si nos acercamos un poco a respuestas serias y responsables podremos encontrar
algún sentido de la escuela.
Pero
antes debemos asistir a cualquier reunión de docentes que esté estudiando en
las semanas de desarrollo institucional los sistemas internos de evaluación y fácilmente
escuchará las mil un razones por las
cuales cualquier niño cuerdo o
adolescente inquieto rápidamente tomaría la fatídica decisión de auto
eliminarse. Frase y palabras como: “No podemos aceptar la mediocridad”, “en
esas condiciones usted no puede pasar a ese niño”, “hay que ser duros con
ellos, en la exigencia está la calidad”, “hay profesores que regalan la nota y no son rigurosos, se inventan la
calificaciones” y así mil argumentos
para decir que la escuela es una inquisición que selecciona a los buenos de los
malos y que promociona pequeñas elites capaces de seguirle el cuento al
sistema, los otros tienen problemas y serán malos empleados, o ciudadanos
mediocres que escasamente sobreviran. Los mejores pasaran al ciclo superior,
cargado de otras taras pedagógicas que mienten igual que el ciclo inicial. El
problema es que todo esto es válido y que la gente aprueba esta pirámide
académica.
También
circula en las redes del entretenimiento que grandes mentes salieron adelante
sin necesidad de la escuela, y a pesar de ella se sobrepusieron haciendo
grandes propuestas científicas, artística o técnicas. Siendo así ¿para qué
sirve y qué sentido tiene ir a la escuela?
La
escuela fundamentalmente es un laboratorio de vida social, allí aprendemos a
convivir con los prójimos no filiales, aprendemos la convivencia en medio de
todas sus contradicciones.
Es
en la escuela donde podemos entender la configuración del poder, del estado, de
la política, es allí donde nutrimos los
esquema éticos, es allí donde consolidamos los gustos por el mundo y
encarrilamos intereses, solo y solo sí encontramos orientadores, guías, mapas,
propuestas de luz que indiquen
horizontes de sentido.
Pero
entre notas, calificaciones, mil asignaturas esos propósitos nobles se refunden
y terminamos multiplicando un sistema duro de competencia, exclusión,
discriminación, donde se impone la fuerza, donde se impone la manipulación
donde se reproduce el sistema que luego
padeceremos como adultos.
Fácil
ser derrotado en la escuela cuando la matemática es considerada el punto de
llegada de la inteligencia, fácil ser derrotado en la escuela si el lenguaje es
una norma y no una vivencia, fácil perder en la escuela sino no tengo el
cuerpo, o la forma, o la capacidad para bailar, correr o jugar como el mejor,
si mi talento no es del currículo; fácil perder en la escuela si las notas son
las que deciden y no los sueños y las esperanzas.
Triunfar
en esa oscura escuela tampoco es fácil, hay que tener unos padres que
acompañen, protejan y hagan mucho por acompañar el éxito escolar, que tengan
medios y tiempo; hay que luchar por ser
agradables a los docentes, la inteligencia emocional también cuenta. Triunfar
no es sencillo, hay que parecerse a los adultos y no aprovechar ni la niñez ni
la juventud, hay que hacer tareas de día, en la tarde y en la noche, hay que
mentir y aprender a copiar, hay que tener habilidades para fotocopiar y hacer
mil carteleras inútiles, maquetas inexplicables y laboratorios repetidos para
ferias de la ciencia que de científicas no tienen nada.
La
escuela tiene un sentido romántico e ideal, formar al ciudadano, si es así
nuestra escuela ha fracasado, la expresión de nuestra ciudadanía es caótica y
frágil, insolidaria, corrupta, que
desconoce derechos y deberes pero ese es el sentido de la escuela formar
ciudadanos.
Pero
los niños se matan porque pierden un examen, porque no se gradúan, porque son
rechazados por gordos o por feos, luego el verdadero fracaso escolar es ese
mismo, el que no ha entendido el propósito de ir a la escuela.
Tendremos
que aprender a leer, tendremos que aprender a escribir pero desde el sentido,
desde el interior del ser, no para el icfes, no para los estándares, se lee y
se escribe para construir y encontrar sentido. Ese es el punto, la escuela
debe otorgar sentido existencial. La escuela desea enseñar pensamiento
crítico sin ser crítica de nada, los docentes quieren enseñar a pensar sin
pensar en nada, los currículos desean calidad educativa siendo mediocres y
miopes.
FRACASO ESCOLAR SUS SINTOMAS
Prioridades
externas como pruebas sin sentido, currículos descontextualizados,
desconocimiento de las problemáticas sociales, desactualización de los cuerpos
teóricos, teorías sin prácticas.
Esto
produce obsesiones de los docentes por el rendimiento escolar, evaluaciones
punitivas y no formativas, selección y exclusión, juicios valorativos y
generalizados destructivos que consideran que las nuevas generaciones son feas,
malas y poco atractivas.
Familias a las que no les parece la escuela una
oportunidad sino un tránsito obligado, niños y jóvenes adiestrados y
amaestrados que compiten por notas, medallitas y primeros puestos, nada más
pervertido que un ni preguntando: “¿Profe cuanto saqué?”; niños enfermos que se
frustran ante una derrota, una mala nota o un llamado de atención, familias que
sufren por no alcanzar repetidas izadas de bandera sin saberse ni siquiera el
himno nacional.
Pero
el tal fracaso también tiene sus factores externos que ayudan, contextos de
violencia, pobreza, abandono, baja nutrición, enfermedades congénitas, nada
frustra más que la inequidad social, nada reta más a la escuela que contextos
fundamentados en la violencia y el sistema de mercado, el capitalismo feroz
atenta fuertemente porque nos pone a competir por mercancías reales o imaginarias
que nos obligan a buscar estatus y roles imaginarios que funcionan para
perpetuar el ciclo de la guerra y el canibalismo cultural.
Un niño con hambre no aprende sino a trabajar por necesidad, un niño enfermo se canas muy rápido, una familia desorientada y sin valores ve a la escuela como una guardería irremediable.
Un
espacio para aprender la magnanimidad del arte, de los adelantos científicos,
de la las magia de las técnicas y las industrias, un espacio para reencontrase
con los saberes ancestrales, un espacio para divertirse con el cine y la
tecnología, un mundo especial para vivir la fantasía en los libros y la
creación en los proyectos personales, un lugar que procure a diario ahuyentar
la violencia y los malos tratos y que propenda por el respeto a la diferencia y
la solución pacífica del conflicto.
Y
esos niños que nos saben multiplicar, ni leer, ni escribir, ni jugar, que son
temerosos, que han sido mal criados por padres despistados, que no son
reconocidos por los docentes, que se duermen en clase y que van a comer y a
jugar deben tener a los mejores
pedagogos de su parte. Pero quizá ya no hay de esos, los profes están al lado
de los que rinden ganancias.
RECOMENDACIONES Y REFERENTES:
- El
hombre en búsqueda de sentido; Víctor Frankl.
- La
piel del alma; Francisco Cajiao:
- Inteligencia
existencial; Chamalú.
- La
educación prohibida; documental latinoamericano,
- Pedagogía
del oprimido; Paulo Freire.
- Summerhill;
A.S Neill.
- Visita
a la E.P.E; Dino Segura.
- Colegio
IDEAS, Cali, Jawira.
Makamoro/2019
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