PEDAGOPOIESIS

 
Cultivar en la mente los deseos de crear, propiciar en los humanos una nueva gestación de humanidad. El transito diario por las aulas permite ir descubriendo que enseñar y aprender es también posible en la acción creativa, en la observación detenida del mundo, en la escritura de signíficados, buscar que el estudiante encuentre el sentido del mundo.
 
Reflexiono serenamente sobre los aciertos y los fracasos de la humanidad, guerras y deforestación le dan un duro golpe al optimismo, me prendo de arquitectos, de científicos y de muchos artistas, se abre de repente una grata luz que me informa que es posible  formar mentalidades distintas nada cercanas a los guerreros, sin fronteras con los magos y los chamanes.
 
Viene hacia mi una confianza intensa, se abre el mundo de la educación y me resulta interesante observar que allí puede haber una alternativa, una posibilidad profunda de saber que una instancia social puede aportarle a una nueva expresión de la inteligencia.
 
Es el tiempo de distintos actos educativos que propongan escenarios de acción creativa no más repetición de lecciones, adiós  los parciales y las torturas verdugas, fin al control de clase, viene la alternativa de proponer construcciones de pensamiento donde la ciencia sea el experimento, el arte se haga en el taller, la tecnología viva en el ingenio y la recursividad.
 
Hacer pedagogía es armar con criterio los espacios para aprender, es conversar y encontrarse en el conocimiento con los actores que asisten al lugar de la enseñanza.
 
Hacer poiesis es ejercitar la creación, es pensar con propósito, es sentir que por un lado el conocimiento nos aporta para crecer en humanidad y que ese crecimiento puede ser bondadoso y bello.
 
Hacer pedagopoiesis es educar sin castigar, es conquistar espacios nuevos es ir al taller, al laboratorio o a la montaña a descubrir no lo que está afuera en el mundo sino lo que hay adentro en la sensibilidad propia.
 
Pedagopoiesis, el docente creador, el estudiante creativo, el conocimiento encantado de asombro e incertidumbre, acción y efecto de una escuela revolucionaria que haga partícipes a los humanos de su propio crecimiento ético y estético.
 
Pedagopoiesis para desarrollar sensaciones y pensamientos, para comprender la ciencia, para asumir a estética, para construir técnicas y estrategias que mejoren el mundo, que cuiden la vida, que permita superar brechas entre el pensar y el actuar.
 
Una escuela distinta, con un horizonte diferente al de amansar y rutinizar, una nueva institución pedago-poietica que exalte el mérito de crear, que proponga la sensibilidad, que utilice la curiosidad, que haga del asombro el encanto de aprender.
 
Pedagopieticos docentes que les guste la transformación del mundo, amen la belleza, confíen en la ciencia y se encanten en el aula con el espíritu sagrado de la naturaleza.
 
 
Makamoro.
 
 
 
 

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