Pedagogía y otredad
PEDAGOGÍA
DE LA OTREDAD
BREVE
REFLEXIÓN SOBRE LA CONSTRUCCIÓN FORMATIVA DE LA CONCIENCIA SOBRE EL OTRO
PALABRAS CLAVE:
El
otro, la persona, ecología humana, alteridad, pensamiento complejo, sentido
humano, conciencia colectiva, pedagogía social, escuela, convivencia,
inclusión, exclusión, integración.
RESUMEN:
Responsabilidad
de la una nueva pedagogía que promocione la convivencia, que propenda por la
ecología, por el reconocimiento de los derechos humanos y por el crecimiento
integral de la persona. Se plantea a grandes rasgos que el objetivo en el siglo
XXI de la escuela debe ser el justo reconocimiento del mundo, aprender a ver al
prójimo en su contexto, en su circunstancia y respetarlo desde su realidad.
NUESTRA
SOCIEDAD DESCONOCE AL OTRO:
“Pero, ¿qué sucede
cuando el otro nos mira y se cruza su mirada con la nuestra? En ese instante
somos un punto, un objeto de la mirada del otro. Así el hombre que vemos es
hombre como un prójimo-sujeto cuando establecemos con él una relación
fundamental: la de la posibilidad de ser vistos por él”.
NATALIA LENTINO[1]
La crisis que vive a diario
nuestra sociedad tiene que ver precisamente con la ausencia de una conciencia
colectiva sobre el otro, los sujetos prójimos, el vecino, el ciudadano, el que
es común a nosotros.
La niña que cae a una
alcantarilla donde un otro se ha
robado la tapa muestra cómo se ha desvanecido el sentido de lo común ¿A quién
culpar? ¿Quién siente ese dolor ajeno? ¿Cuántos y por qué se lanzaron a ayudar
a la niña accidentada? Los múltiples crímenes escabrosos, la profunda
corrupción política, la polarización de las ideologías, esa violencia que está
a la puerta de nuestras casas no hacen sino evidenciar que el cuento del
prójimo ha desaparecido como ideal, el otro es simplemente alguien a quién
vencer, atacar, desconocer, alguien con quien competir, explotar y arrasar, nos
ha negado la conciencia sobre el OTRO.
Hace unos días el paro
campesino nos puso a pensar sobre aquellos sobre los que nunca sentimos algo
especial, esos campesinos que jamás había protestado con tal ahínco salieron a
exigir simplemente una realidad, que fueran reconocidos, no solo en sus
necesidades sino en su realidad existencial. Ahora son los indígenas, en algún
momento fueron las madres comunitarias, en otro fueron los pensionados, los
estudiantes, los familiares de los secuestrados…, en fin lo que evidenciamos a diario cuando la gente sale a hacer un
cacerolazo es un perpetuo llamado a que alguien los vea, que alguien los
sienta, que alguien nos mire que crea en nosotros y en nuestras acciones.
Recordamos una estudiante
que se suicida en el patio de un colegio aterrada de su soledad y su falta de
horizonte, es que ese horizonte se construye con otros, se arma a partir de
historias colectivas, de sentidos comunitarios, crecer para ser alguien es
válido cuando estoy con los otros pero el reflejo de la soledad y la
inexistencia nos enferma y nos termina enloqueciendo.
Los efectos del maltrato
escolar, el temido “bullyng”, sucede
justamente por no reconocer que el otro, ese que está ahí, blanco, negro, alto
o gordo, es un interlocutor válido, es un otro que me da sentido, que me
determina, que me da alcances y límites. Tratamos mal al otro cuando no lo
reconocemos, cuando resulta ser más un
objeto que un sujeto.
Ese desconocimiento del
otro lo aprendemos en los medios de comunicación, el mercadeo y el consumismo,
lo aprendemos como resultado de años de violencia e injusticia, lo aprendemos
de políticos corruptos, de mafias gobernantes, de una cultura machista, de
principios autoritarios aprendidos de crueles genocidios impuestos en
diferentes facetas de la historia del país, de escuelas y universidades que
hicieron de la educación un negocio burdo y vulgar, de una profunda
descomposición social que tiene como base un sistema económico basado en la
inequidad.
UN
ASUNTO DE ECOLOGÍA:
“Los
individuos, los grupos, las instituciones tiene también su propio nicho
ecológico. El equilibrio social resulta de la armonía entre los nichos. Cuando
dicha armonía se pierde surge el desequilibrio, se desmejora la calidad de vida
e incluso puede quedar amenazada la supervivencia de algunos o de todos”.[2]
El asunto de la otredad no
es solo un asunto relacional de las personas, es un asunto de lo social y lo
político, de lo ecológico y lo universal. Para convivir en el medio debo
valorarlo, debo hacerle sentir el significado, anotarle lo importante que es
para la individualidad. El otro también es el árbol nativo, la semilla de la
comida, el caballo carretillero, las abejas en extinción, el otro es el medio
ambiente en el que nos desarrollamos y hay que aprenderlo a ver, aprenderlo a
sentir. La otredad es aprender a ver a los otros, con los otros, conmigo y
contigo.
La otredad es alteridad,
más que inclusión es conversación, es la alerta de mis sentidos frente a los
que crecen a mi lado, con los que vivo, con los que comparto calle y atmósfera.
La alteridad es verme comprometido en un pensamiento colectivo, por eso
aprendemos a escribir, por eso aprendemos a leer por eso la escuela es un nicho
de la cultura que debe propiciar el encuentro no sólo con el conocimiento y los
saberes sino con los pares, con lo que son distintos, adultos,
contemporáneos o menores, pero que comparten un mismo espacio, la
escuela como lugar específico de la formación de la convivencia.
El individuo reconocido se
hace sujeto activo, agente participativo, ser trascendente que incide, que
forma parte de y que pertenece a allí en dónde
va desarrollando su manera de ser y hacer su historia. La escuela, el
mundo del aprendizaje es también el mundo del compartir, en dónde soy uno con
otros y los otros en mí, me hago culto en tanto adopto y adapto comportamientos
que me hacen común.
Yo
|
UN
ASUNTO DE ESCUELA, FORMAR LA CONCIENCIA SOBRE EL OTRO.
“Lo
humano no surge desde la lucha, la competencia, el abuso, o la agresión, sino
que desde la convivencia en el respeto, la cooperación, el compartir y la
sensualidad, bajo la emoción fundamental del amor”. [3]
Se va a la escuela a formar
conciencia sobre otros distintos a los de la familia, se va al mundo del colegio a encontrarse con los diferentes
que aunque tengan la misma edad, uniforme y grado son ojiazules, con el cabello
ensortijado, flacos, veloces, dormilones, indígenas, ricos, negros, pandilleros…,
hijos de otras familias que por coincidencias del calendario nos permiten
construirnos y constituirnos como colectivo.
Cuando un docente aparece
ante la realidad del encuentro se tropieza además con la magia de la diferencia
humana, la singularidad de las personas que deben identificarse como grupo,
como un todo que estudia, juega, aprende y conversa a diario, que poco a poco
va construyendo proyectos de vida que tendrán alto significado si la
escuela permite y propicia el desarrollo
humano, si hay aceptación de la diferencia y reconocimiento de la singularidad,
si se impulsa una conciencia social, un sentir de grupo, un sentido de
pertenencia.
El maestro, ese docente
singular y a la vez promotor de lo colectivo debe contemplar tres ideas
pedagógicas que traspasan la idea sobre el otro, así: uno la urgencia de comunicarnos, el poder del
lenguaje es ese puente fundamental de hacernos comunes; dos, la pertinencia del contrato social, lo
que nos une y nos separa debe permitirnos crecer en lo común bajo parámetros,
bajo algunos puntos en común, bajo unas
reglas que nos legitimen como sociedad, como seres políticos que pueden auto
conducirse y tomar decisiones por el bien común y el individual, ingresar al
mundo del derecho y el deber. Y tres, el principio de la alteridad o aprender
a sensibilizarnos ante el dolor ajeno o
ante la dicha del otro, aprender a sentir y estar en los zapatos del otro.
Un maestro que debe asumir
el fracaso del desarrollo, que padece la violencia y la miseria, que soporta la
inequidad y la injustica social, que debe
pensar desde una ciencia que ha acabado con el medio ambiente, que es
igualmente excluido y minimizado por los entes gubernamentales, ese maestro debe
promocionar la otredad ¿Cómo? Desde una pedagogía social, desde varios
principios éticos y políticos, desde su propio reconocimiento como un OTRO
significativo.
NOS
HACEMOS EN EL LENGUAJE
“Por
eso hablar de desarrollo humano es hablar de educación, y hablar de educación
es hablar de lenguajes, porque todo aquello que es humano requiere un lenguaje
particular para ser construido en el mundo propio de cada persona y en la red
social en la cual todas las cosas adquieren sus significados”[4].
Nos encontramos en la
Escuela para compartir y aprender lenguajes, allí tendremos la opción de
escuchar y ser escuchados, de hacernos nuevos escritores y mejores lectores,
capaces de vivir en constante dialogo para comprendernos, aún en la distancia y
la diferencia, allí hablamos y nos hablan y el poder persuasivo de la pedagogía
hará que esa comunicación permita abrirse a nuevos mundos, a nuevas ideas, a
diferentes percepciones.
Aprendemos la otredad
cuando conversamos e intercambiamos ideas, la escuela que prohíbe el conversar
limita los alcances de la otredad, el maestro que propicia el dialogo y el uso
del lenguaje no solo logra adelantos en las disciplinas específicas propicia
ante todo el conocimiento del otro. Eso significa comprender, conocer y aprender
de la diferencia.
Pero quizá algo está
pasando muy grave en la escuela, no hay códigos comunes, no hay frecuencia
abiertas y libres, el conocimiento, el comportamiento, las actitudes deben ser
entendidas multilateralmente por lo tanto todos aprendemos en la institución
escolar no solo los niños y jóvenes, los adultos docentes tendrán que aprender
a leer la individualidades, a reconocer las personas, a descubrir las
potencialidades y con ello lograr proyectos comunes de desarrollo integral,
colectivo y personal. Las familias también aprenden, solo que hoy se
desentienden de los niños y asignan responsabilidades que ellos eluden, es que
nadan tan ocupados.
La otredad se alcanza
escuchándonos, aprendiendo a oírnos, aprendiendo a vernos, aprendiendo a sentirnos,
aprendiendo en la convivencia, no nacemos con ello, nacemos dispuestos para
ello pero hay que hacerlo allí en la micro sociedad escolar, hay que hacerlo en
el espacio del compartir pero algo falla, nos estamos matando mutuamente, se
nos están saliendo los jóvenes de esa red, se está percibiendo que la escuela
ha dejado de ser encuentro y ha comenzado a ser profundo desencuentro marcado
por el autoritarismo, por la competencia, por la cultura del consumo que todo
lo pone en dimensión utilitaria, por una mediocridad manifiesta que no permite
reflexionar sobre la realidad y el mundo, por una apatía neuronal que no
nos deja ver más allá de los galardones
falsos que ofrecen los que han hecho de la educación un mercado.
El maestro de la otredad
permite la participación, valora la diversidad, lucha contra uniformidad,
propicia la creación, la originalidad, incluye en el aula de clase a todos,
convoca y construye comunidad.
EL
PEDAGOGO POLÍTICO
“Si
bien la complejidad emerge sobre todo en el campo de las ciencias naturales, no
menos cierto es que, si existe un ámbito al que le corresponde por antonomasia
el calificativo de “complejo”, ese es el mundo social y humano, que por cierto,
es primordial para la experiencia educativa.
La razón es obvia porque una de las preocupaciones fundamentales de toda
educación que se precie, es la preocupación por el mejor modo de convivencia
política en la polis”.[5]
Si se quiere llamar a la
inclusión si se quiere, promocionar el otro, si se quiere reconstruir la
conciencia social, debemos espantar al docente racista, machista, pedante, la
pedagogía social invita a que el maestro de la otredad tenga principios
políticos críticos que propicien transformaciones en la concepción de autoridad
y poder, que asuma el conocimiento como una experiencia integral de desarrollo
humano, de servicio a los demás.
Las condiciones ético
políticas del maestro de la otredad son revolucionarias, promotoras de lo
cooperativo, de lo comunitario, del servicio social, cuestionante de la
injusticia, pacifistas por principio, contestatario ante lo indignante.
El maestro de la otredad actúa
frente a la segregación y la violencia, no tranza con la corrupción, defiende
la verdad.
Es testimonio de respeto al
otro, promueve en definitiva la participación activa en la construcción
colectiva de los saberes, es respetuoso de la diferencia y la impulsa, genera
proceso de conciliación, cree en el derecho y el deber, moviliza los grupos,
promociona y estimula a las personas, hace propuestas comunitarias y desarrolla
liderazgos proactivos.
EL
PEDAGOGO DE LO ESTÉTICO
“Es
la especia humana, como especie animal, la única que ha puesto en peligro la
permanencia de la vida sobre la tierra”.[6]
Y así como somos
destructores y violentos somos constructores y creadores, somos la
contradicción pura, somos la especie indefinible, que se mueve más en la
incertidumbre que en la certeza, los que podemos generar movimientos de paz y
armonía pero igual los que utilizando la alta tecnología podemos sembrar muerte
con bombas de neutrones y alevosos cañones o sistemas económicos de muerte.
Llevaremos entonces a la
escuela de la otredad un sentido ecológico, un sentido profundamente estético
que propenda por la verdad, la bondad y la belleza. Es una pedagogía del
cuidado y del asombro, propone un maestro dedicado a la comprensión de lo
humano, que reflexiona permanentemente sobre el proceder y el acontecer, que
está con los sentido atentos para
proponer y disponer una intención didáctica que movilice emociones y acciones,
que busca constantemente un mundo mejor.
Será un docente profesional
formado en la pedagogía social dispuesto a trabajar sin instrumentos ni
herramientas en los lugares más recónditos, dispuesto a hacer comunidad entre
niños sordos, ciegos, con disfunciones del movimiento o del pensamiento, con
niños rechazados o hijos de la violencia y la miseria, será incluyente pues su
criterio es el humanismo, será democrático pues su principio es la
participación, será innovador pues se
mueve en la sospecha y la curiosidad.
No es fácil, no tiene nada
que ver con el ocio y la pereza, este maestro será de 24 horas su misión,
naufragará muchas veces pero en sus aciertos se notará una profunda
transformación que revolucionará la educación y que motivará un cambio social
que de una vez por todas nos permita vivir en armonía y en paz con el mundo.
Referimos en este aparte
una canción del Doctor Krápula que quizá
nos hace el llamado a activar un cambio en la conciencia colectiva, en
la preocupación por el otro, en la urgencia del cambio.
ACTIVACIÓN.
Hoy vi por la
ventana el progreso
y el solo brillo por
su ausencia
no poder sentir el
fuego,
esta mal es lo que
pienso
y que vivir así
requiere mucha paciencia
por la calle la
presencia de niños está escaza
no es buena para
ellos tampoco encerrarlos en su casa
hoy mire hacia el
cielo y vi que no estabas
solo veo al medio día
la cuidad iluminada
activación,
unificación, revolución, reformación
acción ! reacción ! acción
!
hay que activar el
pensamiento colectivo
sabiduría es la
fuerza del nativo
poder indígena en
contra de la guerra
movimiento para
volver a la tierra (Bis)
A donde se fueron
los árboles
el agua se bebe de
un tubo los ríos murieron
hoy vi mucha gente
mirando por la ventana
gente cansada de
vivir sobre más gente
gente que extraña el
sol y a la gente que ama
son cosas básicas,
pensamiento tranquilo
no es tiempo de
esperar a nadie
es tiempo de actuar
unidos
activación,
unificación, revolución, reformación
acción ! reacción ! acción
!!
hay que activar el
pensamiento colectivo
sabiduría es la
fuerza del nativo
poder indígena en
contra de la guerra
movimiento para
volver a la tierra (Bis)
activación,
unificación, revolución, reformación
acción ! reacción ! acción
!!!
hay que activar el
pensamiento colectivo
sabiduría es la
fuerza del nativo
poder indígena en
contra de la guerra
movimiento para
volver a la tierra (Bis)
Doctor Krápula
Manuel Camilo Morales Rojas.
Especialista en orientación
educativa y desarrollo huma
[1] http://www.andendigital.com.ar/home/argentina/opinion3/296-la-cuestion-del-otro-a-partir-del-pensamiento-de-jean-paul-sartre-me-ven-luego-soy-anden-46
[2]
González, Luis José; Ética ecológica
para américa Latina. Editorial El Búho, Bogotá. 1993
[3]
Maturana, Humberto. El sentido de lo humano, Dolmen tercer mundo editores.
Bogotá, 1997.
[4]
Cajiao, Francisco. Instrumentos para escribir el mundo escritura, lectura y
política en el universo escolar. Editorial Magisterio. Bogotá, 2005.
[5]
Morin, Edgar. Educar en la era planetaria. Editorial Gedisa. Barcelona, 2003.
[6]
González, Luis José. Ética ecológica para América Latina. Editorial el Búho.
Bogotá, 1993.
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